miércoles, 30 de septiembre de 2009

Quien Fue La Macorina



LA MACORINA

Cary Muñiz


Aquí se recoge lo que de ella llamó principalmente la atención: fue la primera mujer que manejó en Cuba y obtuvo la primera "cartera dactilar" o carné de conducir, dado por el Municipio de La Habana, expedido a nombre de María Calvo Nodarse: fue un verdadero escándalo en los años veinte.
¿Quién fue la Macorina? María Calvo Nodarse nació en Guanajay en 1892 y cuando tenía 15 años se trasladó a escondidas de su familia a La Habana, ¿raptada? por su novio. La capital le ofrecía mucho a esta joven belleza de mujer que tenía las ideas claras de cómo quería vivir a partir de ese momento. Cuando las estrecheces de la vida diaria entre las cuatro paredes de un cuarto habanero se le hicieron insoportables, apartó al novio de su vida y a los pocos meses empezó a hacerse notar entre los hombres que ostentaban una buena posición económica. No fue una prostituta en el sentido indiscriminado que conlleva esta profesión, ni tampoco trabajó en un burdel, sino que se prostituía selectivamente. Y comenzó su carrera rápida hacia la opulencia, según declaró en el más puro estilo folletinesco en una entrevista que le hizo Guillermo Villarronda para la revista Bohemia el 26 de octubre de 1958: "más de una docena de hombres permanecían rendidos a mis pies, anegados de dinero, suplicantes de amor"
Su época de esplendor fue bastante dilatada para este tipo de vida, pues abarcó desde 1917 a 1934. Tuvo cuatro lujosas casas: en Calzada y B, Línea y B, Habana y Compostela y San Miguel entre Belascoaín y Gervasio; poseyó unos valiosos caballos, así como pieles y muchísimas joyas de incalculable valor, además de nueve automóviles, principalmente europeos pues eran sus preferidos. Sus gastos mensuales para mantener su tren de vida ascendían a $2.000 mensuales, sin contar las cantidades extras con las que ayudaba a su numerosa familia, todo lo cual constituye una verdadera fortuna si tenemos en cuenta de que hablamos de la década de los años veinte.
Fue la amiga de ricos habaneros dedicados a la política y los negocios, entre ellos José Miguel Gómez (conocido popularmente como "Tiburón"), a quien ayudó con su lealtad durante los sucesos de "la Chambelona" Fue tan popular la Macorina que no sólo tiene en su honor dos composiciones musicales y una pintura de Cundo Bermúdez, sino que fue inmortalizada en las famosas charangas de Bejucal, que se celebran en el mes de diciembre, donde en los desfiles de personajes aparecía una muñecona con careta debajo de la cual estaba su creador, un albañil llamado Lorenzo Romero Miñoso.
María se convierte en Macorina Aunque ella misma declaró que detestaba ese apodo, lo cierto es que pasó a la fama con ese nombre y como si hubiera sido obra de la casualidad. Al Paseo del Prado entre San Rafael y San Miguel se le conoce como la Acera del Louvre, así llamada por el famoso Café del Louvre, fundado por Juan de Escauriza en 1844. En esa misma acera se establecieron posteriormente el Hotel Telégrafo y el Hotel Inglaterra, inaugurado éste en 1875 y donde se hospedó en 1890 Antonio Maceo. La Acera del Louvre se hizo famosa: allí se reunían, primero, los jóvenes revolucionarios antes de incorporarse a las filas insurrectas; y ya en la República conversaban y leían sus obras los entonces jóvenes Emilio Ballagas, Jorge Mañach y otros talentos de la misma época. Y en una ocasión, mientras María andaba por la acera del Louvre, un joven que había bebido más de la cuenta dijo al pasar la bella mujer: "¡Ahí va la Macorina!", cuando en realidad quería decir la Fornarina (llamada realmente Consuelo Bello), una famosa cupletista española, contemporánea de la también española Raquel Meller y de la cubana ¿la Chelito? (¿la Coquito?). Quiso compararla a la Fornarina pero su embriaguez le hizo decir "Macorina".
La decadencia Como ya es lugar común en este tipo de biografías, el ocaso de la Macorina se inició en 1934. La situación económica nacional ya no era tan próspera, pero quizás el hecho indiscutible era que la Macorina tenía entonces 42 años. Los amigos del pasado iban amparándose en excusas cada vez que ella les pedía ayuda, y así fue vendiendo todas sus pertenencias, desde las joyas hasta las casas y los coches: la Macorina acabó en la más absoluta pobreza, viviendo en un cuarto alquilado en una casa familiar habanera.

La ficción

A partir del triunfo sostenido de la canción de Chavela Vargas, hemos podido enterarnos de muchas leyendas acerca del personaje de la Macorina, historias tan sorprendentes como la que afirma que fue una guerrillera, así como una luchadora por la libertad en el siglo XVII en Hispanoamérica. También se dice que su verdadero nombre es María Constanza Caraza Valdés, el cual se cambió por el de María Calvo Nodarse, pero lo cierto es que en el permiso para conducir o cartera dactilar expedida por el Municipio de La Habana aparece con el nombre con el que ella misma se ha dado a conocer. También se la ha descrito como hija de negra y chino, pero las fotos que de ella se han publicado (incluida la que aparece en el permiso de conducir) muestran a una mujer blanca.

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