martes, 3 de marzo de 2009

Una Boda Cubana




Una Boda Cubana
Herminio Huerta 1/2/2009.








Dago y Rosa Vivian en Miramar y eran amigos de la infancia, juntos iban a fiestas o al coppelia y disfrutaban las noches de los sábados en el muro del malecón. Dago hacia poemas y era artesano. Por el contrario Rosa le gustaba jugar beisbol y mecaniqueaba el viejo carro Americano del Padre.
El papa de Rosa trabajaba en un taller de buses y siempre estaba ayudándolo en la mecánica. Rosa siempre se vestía con jean de una talla grande y largas camisas de hombre. Dago no, el siempre estaba impecable y muy perfumado, no se perdía una función de ballet en el teatro Nacional y era amigo de todas las muchachitas del museo de bellas artes ya que Dago aprovechaba sus visitas para arreglarles las uñas y enseñarle las ultimas revistas de moda que le mandaba su hermana de Miami.
El se había criado con su mama que era viuda y una tía solterona, ayudaba mucho a su mama en la casa, por eso tal vez no tenía amigos de correrías en el barrio, sus amigos eran, Nene el peluquero, Bobby, que trabajaba en un almacén de ropa y Rosa.
Por su parte Rosa vivía con su padre pues su mama murió cuando era pequeña y sus amigas eran pocas pues ella siempre estaba en el taller del papa. Magy, que era su amiga favorita trabajaba en una pizzería y Antonia era Policía, amigos no, solo Dago.
Rosa era muy bella pero escondía su belleza en su vestimenta, su hermoso pelo del color de la noche lo ocultaba con una gorra de los Industriales su equipo de beisbol y sus hermosos ojos azules con unas gafas oscuras.
Una noche Dago y Rosa, están sentados en el malecón, la luna bañaba el mar y la brisa suave acariciaba sus mejillas, de pronto Dago la mira y le dice –Vamos a casarnos.
Rosa trago en seco y dijo –Tu y yo?
No...No...Yo…. Dago la interrumpió. –Ay niña yo tampoco!
-Mira nos casamos y cogemos lo que nos dan para la fiesta y metemos tremenda rumba, después nos divorciamos y seguimos como hasta ahora.
-Y que dirá, Magy, respondió ella.
-Y que dirá Nene, respondió el.
-Nada, nada, Rosa, les explicamos que es un compromiso rumbero y de negocio…Arreglado, arreglado…Con el único objetivo de divertirnos, es todo.
-Mira, con el vale que dan en el palacio de los matrimonios, cogemos las cinco cajas de cerveza, las dos botellas de ron, el pastel de boda, los dulces y bocadillos, nos compramos ropa. Ahh...y como es una boda, los regalos.
-No es un negociazo…..
-Espera, dijo Rosa.-Y la luna de miel?
-Turismo mi amor, Turismo….
-Yo tengo una amiga que trabaja en Turismo y con ese pretexto consigo alojamiento en Varadero…De lujo mi amiga..De lujo…
-Sera?.. Dijo Rosa. –Pero hay que aclarar las reglas del juego.
-Mira, Dijo Dago. Hasta ahora, la vida de nosotros la hemos manejado a nuestra manera, porque lo que es a mi no me importa la opinión de los demás.
-No ni a mí tampoco, dijo ella.
-Ay esto parece una Novela…Que viva la Novia...Te vas a ver divina.
Los dos se miraron fijamente, Dago le quito las gafas...Un silencio...Y de pronto los dos estallaron en una risa, como dos niños cuando planean una maldad.
En la mañana temprano. Dago fue al Palacio para hacer la cola. –Quien es el ultimo?, pregunto. A Dago le extraño que no había nadie solo unas muchachas con una libreta y un lápiz que se le acercaron.
-Usted viene a anotarse, porque mire usted se anota y todos los días a las 8 de la noche se lee la lista, al decir su nombre usted dice, -Presente!.
-Y así todas las noches hasta que su número entra en los 40 turnos diarios.
-Y cuando me toca?
-Pues no sé, porque a mí me toca esta noche y entrego la lista a otra persona y así todos vamos rotando.
-Y si no puedo venir una noche?
-Va para la cola y tiene que empezar de nuevo.
-Bueno, dijo Dago. –Anote a Rosa y Dago.
Paso una semana y Rosa y Dago, todas las noches marcaban en la lista, hasta que al fin, les toco y a la mañana siguiente se presentaron en la oficina para llenar los papeles.
-Nombre de los dos y carnet de identidad, dijo una funcionaria con cara de jefe de puerta.
-Dagoberto Pérez y Rosa Domínguez, respondió Dago.
La funcionaria los miro con cara de fiscal de la santa inquisición.
-Nos vamos a casar por que nos queremos desde niños, por si le interesa. Replico Dago.
Al fin el trámite se cumplió, la funcionaria les entrego los bonos para los comestibles, bebidas y ropa. También para el Hotel. Y salieron Dago y Rosa cogidos de las manos y saltando de alegría.
Los días posteriores fueron de locura. Compraron todo. Dago le escogió a rosa el vestido de novia, muy a pesar de ella ya que se quería casar con jean, una camisa blanca y un lazo negro.
Dago por su parte, escogió un traje negro con camisa azul claro y corbata roja.
Llego el día de la boda, toda la familia de ellos estaban alegres, también los amigos, solo Nene que secaba una lagrima y decía –Es pura felicidad!
La fiesta se celebro en casa de Dago que era una casa lujosa y grande y hasta altas horas de la noche, todos bailaron, pero lo que deslumbro a los asistentes era la belleza de Rosa, nunca se había vestido de mujer y lucia hermosa.
-Es la Cenicienta, parece una película de Disney, gritaba Nene.
-Es hermosa y el no se queda atrás, es un tipazo de hombre. Decía Magy.
Llego el carro de Pastelito el barbero el cual se ofreció para llevarlos al aeropuerto a tomar el avión con rumbo a Varadero.
Llegaron de noche se hospedaron en el Hotel y bajaron a la Playa. Dago llevo una botella de ron y sentados en la arena comenzaron a tomar y a reírse de los cuentos de la fiesta.
-Como lloraba mama. Dijo Dago
-Y papa? Contesto ella. –No se quedo atrás.
-Sabes una cosa, dijo él, me di cuenta que todo el barrio nos quiere…
Reino un silencio. –Y yo a ti. Dijo Rosa mirando a Dago a los ojos.
La noche enmudeció de pronto, ya no se oía la música del cabaret que estaba lejos, ni el aire, ni las olas, todo estaba cubierto por esa magia negra que solo lo da el brillo de la luna que los bañaba a los dos.
Se besaron largamente, el, la acaricio con ternura y sin darse cuenta se quitaron los trajes de baño haciendo el amor.
Ya tarde al regresar a la habitación la tomo en sus brazos y la llevo hasta la cama apagaron la luz y…….
Al otro día se levantaron muy temprano y bajaron a desayunar, en su cara no se podía disimular la sonrisa de felicidad, se sentaron a la mesa y ella dijo.
-Dago, lo de anoche….me gusto.
-A mi También
Y sellaron con un largo beso la conversación.
Han pasado ocho días y el barrio esta que parece un hormiguero, esperando a los recién casados, ya pastelito fue al aeropuerto a traer a los novios.
De pronto aparece el carro, todos corren hacia él, y quedan pasmados, el carro viene vacio.
-Que paso, pastelito? Pregunto Nene.
--Que no vinieron. Se quedaron allá.
Es de noche, la playa esta desierta, una música se filtra desde el cabaret a lo lejos.
Y la luna se sonríe picara iluminando una pareja de amantes que se besan bañados por su resplandor como si fuera un cuento de hadas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito cuento
Felicidades

 
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