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Danzon y Danzonete
El danzón proviene de dos vertientes: la contradanza cubana y la      habanera (primera expresión vocal autóctona de Cuba). La contradanza      se origina en el siglo XVIII a través de España y en Cuba le      fue adicionada la conga de origen africano. Posteriormente el aporte franco-haitiano      se hace presente en la evolución de la contradanza cubana con la contradanza      francesa y el minué.
   Así, la contradanza cubana da pie a la danza cubana de tempo lento      y melancólico dando espacio a la estrofa cantada, es decir, a la habanera,      mencionada anteriormente.
   La contradanza cubana y la habanera en la medida que evolucionan cronológicamente      dan lugar a ritmos variados, a saber: el danzón, el danzonete, el danzón      de ritmo nuevo (danzón mambo), el cha-cha-chá y la pachanga,      todos ellos asociados a la charanga francesa, hoy conocida simplemente como      charanga.
   La charanga francesa entró a Cuba gracias a los inmigrantes de Haití.      Los instrumentos típicos de este ritmo eran el piano, el violín      y la flauta. A principios del siglo XX le fueron adicionados la tumbadora      cubana, el timbal o paila criolla y el güiro, renombrándose como      charanga a secas.
   
   Luego de la primera y segunda décadas del siglo XX el danzón      incorpora elementos de otros géneros cubanos, en especial del son,      es así como en 1929 Aniceto Díaz fusionó el son y el      danzón creando el danzonete, ejemplo de danzonete es la composición      "Rompiendo la Rutina". En contrapeso al danzonete nace el sonsonete,      que era un son con cambios en cuanto al canto, había una parte cantanda      sin su correspondiente respuesta del coro, como sucedía con el danzón.
 
 
 
  
 
 
 
 
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