"Quimbombo Que Resbala Pa´La Yuca Seca"
Algún conocedor de mecánica encontró una simbiosis particularmente
sabrosa: -¡Quimbombó que resbala pa´ la yuca seca!...”. De esta
forma Chapotín dejaba a todos con la boca hecha agua pensando en el
resultado de esa sutil combinación.
Si a Arsenio le debemos, entre otros muchos, el son Dile a Catalina (...que se compre un guayo, que la yuca se me está pasando...) a Lilí tenemos que agradecerle los también montunos Quimbombó que resbala (...pa la yuca seca...).
Lili Martinez.
Este singular guantanamero nació el 16 de febrero de 1917, producto de una mezcla recurrente en nuestra nacionalidad: padre español y madre cubana. Sus inicios en el piano se los debe a una hermana mayor, quien lo sentaba varias horas diarias ante el teclado con partituras de la música europea, especialmente de Chopin.
Cuando era joven, su familia atravesó un período de precariedad económica, momento en el que Griñán ofreció sus servicios para intentar ganarse algunos pesos con su instrumento. Como era bastante común en las familias cubanas, el padre se opuso, por considerar que la música era profesión poco seria y, sobre todo, sin demasiado futuro. Pero la situación familiar era tan dura que al fin cedió y el joven Luis comenzó a trabajar en una sala de baile de Santiago de Cuba, de donde lo sacó Arsenio, por consejo Quico Bru, paisano de Lilí.
Cuando era joven, su familia atravesó un período de precariedad económica, momento en el que Griñán ofreció sus servicios para intentar ganarse algunos pesos con su instrumento. Como era bastante común en las familias cubanas, el padre se opuso, por considerar que la música era profesión poco seria y, sobre todo, sin demasiado futuro. Pero la situación familiar era tan dura que al fin cedió y el joven Luis comenzó a trabajar en una sala de baile de Santiago de Cuba, de donde lo sacó Arsenio, por consejo Quico Bru, paisano de Lilí.
A el le debemos este montuno que ha recorrido el mundo. "Quimbombo que resbala pa'la yuca seca"
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