Bobos famosos
Para un cubano ser bobo es lo peor que le puede pasar. En Cuba se perdona todo, menos ser bobo, idiota o come.., según la fraseología popular. Porque los cubanos presumimos de ser listos, avispados, "bichos", para decirlo en cubano. Y de saber más que ningún otro ser humano de política y de pelota.Sin embargo, ha habido en Cuba bobos famosos, como el Bobo de Coria, el "Bobo de la Yuca" o el Bobo de Abela.El Bobo de Coria, aunque popular en Cuba no era realmente cubano; era un bobo importado de Andalucía, donde dicen se había hecho famoso por descubrir quién se había robado la custodia de la iglesia del pueblo ("lo-la-lo-nes").El Bobo de la Yuca, fue el personaje central de un son que popularizó el genial Beny Moré. La canción decía que el pintoresco Bobo "se quería casar y que invitaba a todo el mundo para la catedral".Pero sin duda el Bobo más popular fue el que creo Eduardo Abela para "La Política Cómica" en tiempos del general Machado. Con su cara regordeta y un globo en la mano, comentaba la actualidad nacional sólo con las expresiones de su cara.
Fuentes. CubaneriasEl Bobo de Abela
Como caricaturista, Abela fue el creador del Bobo, personaje con el cual fustigó la tirania de Gerardo Machado
Aunque el suyo no fue el primer bobo, su personaje posee una fisonomía llena de gracia, que lo hizo irrepetible. Además, la composición general de la obra, totalmente renovadora, muestra un fuerte contraste entre el estaticismo del primer plano y el segundo, donde predomina un trazo nervioso y sugestivo. El Bobo de Abela tenía el extraordinario poder de captar y reflejar la situación nacional con un gesto; por ello, se le considera la representación del pueblo cubano durante la lucha contra Machado. Abela creó un sistema de símbolos que comunicaban aquello que no se podía explicitar; por ejemplo, el pañuelo anudado al cuello significaba que "no se tragaba" la propaganda oficial, la vela representaba el tamaño de sus esperanzas y la posición de la bandera simbolizaba lo favorable o no de la situación. Cuando la censura lo permitía —pues a veces ni la bobería del simpático personaje lograba burlarla— aparecía a diario en los periódicos. En realidad, representó durante el machadato, lo que luego el Loquito, de Nuez, representaría en la lucha contra la dictadura batistiana.
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