La Siguaraya es un árbol santo, según la tradición yoruba o lucumí de la muy respetable religión afrocubana... Según la creencia santera, esa planta es considerada mágica, cuyo dueño entre los orishas es Shangó. Se considera el primer "palo" al que después de saludar a los Cuatro Vientos, saludan los mayomberos en el monte. Esta planta se utiliza para "abrir los caminos y la suerte de que quien la invoca pero los cierra para al enemigo" Conocida científicamente como el Trichilia havanensis Jacq, se nombra Siguaraya en Cuba, pero no así en el resto de Centro América. Este árbol silvestre muy común en la isla, se le puede localizar en las orillas de los arroyos, a lo largo de los caminos y cercas y también en los montes bajos. Superstición aparte, lo cierto es que la siguaraya es una de las más medicinales plantas de nuestra región. Se usan las hojas para baños contra el reumatismo, y el cocimiento de esa misma parte del árbol se emplea para combatir enfermedades cutáneas, mientras que el de la corteza es bueno para catarros de la vejiga, y el de la raíz contra la albuminuria. Algunos estudiosos apuntan que el jugo del fruto diluido en alcohol al 40 por ciento es útil para bajar las inflamaciones artríticas y en los dolores reumáticos. También señalan que en decocción, las hojas y el tronco a partes iguales resultan eficaces contra los cálculos renales e inflamaciones del aparato urinario y la hematuria. Otros autores refieren que esta planta es un sucedáneo del árnica. Se usa en las fiebres intermitentes y, además, influye ante los males del aparato genitourinario. Es por ello que la siguaraya se ha convertido para los cubanos en uno de sus árboles de mayor misticismo, tanto para los creyentes, como para los más incrédulos. No por gusto la cantaron muchos poetas en la poesía costumbrista del siglo XIX
Mercedes Hernandez
2 comentarios:
Buena informacion! Gracias por el dato!!
Tengo un amigo que utiliza este nombre como apodo en Internet. Me parece bastante apropiado, espero que le de suerte. Un saludo.
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