lunes, 19 de enero de 2009

La Primera Carga al Machete y el Ultimo Mambi




Primera carga al machete del Ejercito Mambí


Los partes oficiales del Ejercito Español, días después del 4 de noviembre de 1868, decían que "los cubanos poseen un arma poderosa, capaz de causar gran destrucción". Se trataba de la primera "carga al machete", dirigida por el entonces sargento del Ejército Libertador, General Máximo Gómez Báez.
Desde Santiago de Cuba salió rumbo a Bayamo una columna española de más de 700 hombres al mando del coronel Quirós. En su avance, la fuerza peninsular llega prácticamente sin detenerse hasta el caserío de Baire, donde quedaba inmovilizada varios días, debido a la hostilidad constante de un grupo de patriotas dirigidos por el valeroso dominicano.
Gómez examinó el estado de las tropas: unas pocas armas de fuego, y varios de los que tenían una, no sabían usarla bien. Escaseaban los tiradores de puntería a larga distancia; en cambio todos se mostraban diestros con el machete, su usual instrumento de trabajo.
El experimentado sargento conocía de las virtudes del machete como arma en el combate cuerpo a cuerpo. En su tierra natal, Santo Domingo, participó en ese tipo de lucha, cuando encabezó un grupo de campesinos para liberar a una región de un caudillo sanguinario y sus hombres.
A partir de aquel día, de la misma manera que la guerra se desplaza por las distintas regiones del país, los cubanos se hacen más fuertes con esa "poderosa arma", la "carga al machete", capaz de detener a cualquier tropa enemiga.



El ultimo Mambi.
Juan Fajardo Vega, falleció cuando le faltaban 13 días para cumplir los 109 años de edad.Había nacido el 15 de agosto de 1881, en un lugar cercano al poblado de Contramaestre, actual provincia de Santiago de Cuba, formando parte de una familia pobre, sustentada en las labores agrícolas.
A los 16 años de edad, Fajardo Vega se incorpora a las filas del Ejército Libertador Cubano, bajo las órdenes –y como ayudante de escolta- del general Saturnino Lora, uno de los protagonistas del Grito de Baire, nombre con el cual se identifica esa gesta, por el levantamiento escenificado en el poblado de igual nombre, a escasos kilómetros de Contramaestre.
Sus otros seis hermanos se fueron también a la manigua, a ganar con las armas la independencia cubana, y uno de ellos, Francisco, se sumó a las tropas del Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales y junto a él protagonizó la Invasión de Oriente hacia Occidente, una de las hazañas militares más trascendentes de su época.


Pese a las penurias económicas de la época, el luchador independentista rehusó cobrar pensión alguna por su participación en la guerra, al considerar que no había ido a ella por interés material, sino por la libertad de Cuba. Esta posición él mismo la definiría así: “Cada vez que la Patria ha estado en peligro, he dejado mis oficios y me he puesto al servicio de su defensa y cuando volvía la paz, de nuevo a mis oficios. ¡Nada de estar viviendo de la Patria!


Juan Fajardo regresa al presente desde 18 años atrás como si estuviera sentado haciendo historias en su acostumbrada mecedora. En entrevista al periodista Félix Guerra de la Revista Bohemia, narra sobre su incorporación al Ejército Libertador, precisamente con las huestes del General Saturnino Lora:
“… Fue el capitán Campiña… quien me condujo a la presencia de Lora. Yo apenas tenía unos 14 o 15 años… Luego… algún tiempo mas tarde, me llevaron un día a alistar con un tal Carlos Rolof, que no se si ya sería General. En un libro importante de Roloff está anotado que yo, Juan Fajardo, con el número 20992, ingresé en la guerra con el grado rasante de soldado… Lo que hicieron fue darme enseguida tareas de armero…”
Juan recordó en detalles al Mayor General Antonio Maceo:
“… Era macizo, relleno sin llegar a gordo. Y bajo como su hermano José, pero montaba con mas elegancia, más rápido. Tenía un caballón grande, de mucha sangre, imagínese que se le encabritaba, pero el General lo sujetaba por las bridas y el animal regresaba a su remanso…”


Por coincidencia histórica, Juan Fajardo Vega, el último mambí, vivió y murió en un lugar cercano al del inicio de esa guerra y a Pinos de Baire, donde en noviembre de 1868 tuvo lugar la primera carga al machete contra las fuerzas coloniales españolas, dirigida por el patriota dominicano-cubano Máximo Gómez Báez, quien ganaría combate tras combate el más alto grado militar en el Ejército de Liberación Cubano. El Generalísimo, como se conoce en nuestra historia, estrenó de esa forma una nueva forma de combate, con el machete, que pasó de instrumento de trabajo a una de las armas más temidas por los soldados y oficiales españoles.
En territorios cercanos cayeron Carlos Manuel de Céspedes, máximo jefe de la guerra independentista cubana de 1868 y José Martí, con igual rango en la de 1895. Céspedes, en San Lorenzo, Sierra Maestra, el 27 de febrero de 1874; Martí, en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.
En su pródiga vida, el último mambí tuvo 21 hijos, 83 nietos y 127 biznietos.

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