viernes, 26 de diciembre de 2008

El Morro de la Habana




El Morro




El Castillo de los Santos Tres Reyes Magos del Morro.
Cumplio 153 años de existencia el pasado 24 de julio como símbolo, por excelencia, de Cuba y, en extensión, de toda Iberoamérica. El emblemático faro, situado a la entrada de la bahía habanera, tiene una historia no sólo larga sino única en esta parte del planeta, pues el Morro, como comúnmente se le conoce, constituye la más antigua fortificación construida por los españoles en América y punto obligado en los recorridos de cuanto turista llega a la villa de San Cristóbal de La Habana.Ya desde mediados del siglo XVI se situaban vigías sobre el peñón que dominaba la amplia bahía; en 1563, el gobernador don Diego de Mazariegos hizo construir en el lugar una alta torre que comenzó a servir como punto de referencia para los galeones en la zona.Años más tarde, el cabildo habanero -autoridad máxima en la villa- dispuso la fortificación del Morro con seis cañones, ordenando que al menos uno de los vigías debía ser artillero experto; entonces se erigió una casilla de tejas para guarecer a los centinelas.El peligro que se cernía sobre la rica villa en la medida en que ésta se convertía en el principal puerto comercial español en el Nuevo Mundo, así como las constantes amenazas de corsarios, piratas y escuadras de naciones enemigas de España, llevaron al rey Felipe II a aprobar la construcción de una gran fortaleza que hiciera inexpugnable el puerto habanero. Para el trabajo fue comisionado el entonces famoso ingeniero Juan Bautista Antonelli, quien inició labores en 1589.Cuarenta años más tarde, en 1629, fue inaugurada la majestuosa fortificación por el gobernador don Lorenzo Cabrera. Respiraron tranquilos los habaneros pensando que estarían a salvo definitivamente de cualquier ataque por mar. Sin embargo, en 1762, una escuadra naval de Su Majestad británica, al mando del conde de Albermale, destruyó esas ilusiones en sólo 29 días y la emblemática farola del Morro quedó seriamente dañada por la artillería enemiga. Un año después, la plaza volvió a manos de España y la triste experiencia vivida aconsejó el refuerzo de la guarnición y erigir un fanal alimentado por leña.La creciente importancia marítima del puerto habanero reclamó urgentemente un sistema de avisos más eficiente; los proyectos se sucedieron desde 1816, cuando el químico norteamericano Gabriel Pendergrast sugirió montar doce reflectores capaces de ofrecer iluminación equivalente a 150 velas de sebo, hasta uno que pareció definitivo, el del ingeniero francés Agustín Fresnell, quien revolucionó el alumbrado marítimo de principios de los cuarenta del siglo XIX mediante lentes escalonados, una máquina rotatoria y linterna central de forma prismática octogonal.El 24 de julio de 1845, exactamente el día en que se celebraba en España el cumpleaños de Su Majestad la Reina madre, se produjo el encendido del nuevo faro del Morro. La luz producida mediante la linterna de Fresnell podía advertirse a 40 millas de distancia con resplandores que duraban de 5 a 6 segundos.Sólo un siglo más tarde, a partir de 1945, fue electrificado todo el sistema de alumbrado del Morro habanero. Hoy, la veterana fortaleza aparece en estampillas de correos, medallas conmemorativas, litografías y etiquetas en las cajas de los famosos puros habanos. Se ha convertido en un símbolo de Cuba.


0 comentarios:

 
© 2007 Template feito por Templates para Você