La Virgen de Covadonga, conocida popularmente como la Santina, es una imagen de la Virgen María que se encuentra en una cueva en Covadonga, concejo de Cangas de Onís, Principado de Asturias, España. Es la Patrona de Asturias.
Es una talla policromada cubierta de ropaje y manto, aunque fue concebida para mostrarse sin el ropaje y el manto está pintado sobre la madera en un color azul verdoso adornado con flores rojas. La capa es de color rojizo con los bordes dorados, así como el cinturón y los bajos del faldón tallados en la escultura. La Virgen sujeta al Niño Jesús en su mano izquierda y en la derecha sujeta una flor dorada y sobre su cabeza figura una corona dorada con perlas en sus aristas y brillantes incrustados. Del arco que describe la parte superior de la corona pende un águila rodeada de un circulo de brillantes.
Covadonga y la Santina de Covadonga son dos de los símbolos asturianos a los que más cariño tenemos y que mejor explican nuestra historia y nuestro presente.
La Santina es querida como Reina de los asturianos que viven en nuestra tierra y de los que un día hubieron de abandonarla en busca de fortuna.
HISTORIA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN
La primera imagen de la Santina se perdió por culpa de un incendio que destruyó la iglesia que la albergaba dentro de la Cueva ( la palabra Covadonga quiere decir precisamente Cueva de la Señora, Cova Dominica). Dicha imagen, de estilo románico, formaba parte de una estructura de madera que colgaba en el aire, rodeada por la cascada del río Deva. Justo u año después y dada la importancia religiosa y también política del santuario, la catedral de Oviedo donó la imagen de la Virgen actual. Esta imagen que se bautizó por su pasado histórico como la “Virgen de las Batallas”, es una talla policromada cubierta con ropaje y manto. Sin embargo fue concebida para mostrarse sin el ropaje y este manto al que hacemos referencia está pintado sobre la madera en un azul verdoso, que se adorna con flores rojas alineadas verticalmente.
La capa, que por su escueto tamaño apenas se aprecia si se mira a la talla de frente, es de color rojizo con los bordes rematados en dorado. El cinturón y los bajos del faldón tallados sobre la escultura son del mismo color rojizo.
La Virgen sujeta al Niño en su mano izquierda y sostiene una flor dorada en la derecha. En el rostro de la figura, adornado por una larga melena, se dibujan rasgos sencillos y muy poco expresivos. La cara del Niño, desnudo, resulta también inexpresiva. Ambos tienen la boca pequeña, una nariz fina y a alargada, y la mirada perdida bajo una cejas extremadamente finas y simétricamente perfectas.
Sobre la cabeza de la Virgen está adornada con una enorme corona dorada con perlas en cada una de sus aristas y adornada con brillantes incrustados. Del arco que describe la parte superior de la corona pende un águila rodeada por un círculo también de brillantes. En ocasiones, cuando la imagen va a ser expuesta, se sustituye esta corona, asói como la del Niño, por otras de menor valor.
En un pequeño santuario burgalés situado a orillas del Ebro, se halla la talla de la Virgen de Cillaperlata , cuya imagen es gemela de la primera Virgen de Covadonga, que desapareció en el incendio en 1777.
Existe una tercera imagen de la Santina, donada en el año 1957 por la Institución Teresiana y que es la que se exhibe en la peregrinación que realiza la imagen por tierras asturianas al coincidir con el año mariano. Para hacerla más resistente al frío, al agua y a las humedades, propias se realizó, a diferencia de las otras réplicas, en material plástico.
En el interior de la Basílica existe una imagen mariana que crea confusiones frecuentes entre los visitantes y turistas. No se trata de la Virgen de Covadonga, que en todas las imágenes mira de frente, sino de una talla de Sansó llamada la Virgen con el Niño. LA talla es prácticamente contemporánea a la basílica y en ella la Virgen está cabizbaja y en actitud reflexiva.
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