viernes, 26 de diciembre de 2008

El Ferrocarril en Cuba

El Ferrocarril en Cuba
EMILIO J. LEZCANO



La historia del ferrocarril en Cuba comenzó cuando María Cristina de Borbón, reina de España de 1829 a 1833 y regente desde 1833 a 1840, autorizó a la Junta de Fomento el 12 de diciembre de 1834 a hipotecar sus rentas para amortizar un préstamo con Inglaterra, lo que permitió el comienzo y la realización de la construcción de la primera línea de ferrocarril en la Isla.La responsabilidad estuvo a cargo de la empresa Compañía de Caminos de Hierro de La Habana la cual construyó los 27.5 kilómetros entre San Cristóbal de La Habana y Santiago de Bejucal, el 19 de noviembre de 1837, convirtiéndose en el primer ferrocarril de Latinoamérica y predecesor del de España.Cuba, la colonia caribeña, se le adelantó a la metrópoli en 11 años. La primera línea de España --de Mataró a Barcelona-- comenzó a funcionar a partir del año 1848.Para las obras de construcción de la línea férrea se emplearon a criollos, chinos, yucatecos, irlandeses de Estados Unidos y de las Islas Canarias. En ocasión del onomástico de la reina Isabel II, (todavía menor de edad), el 19 de noviembre de 1837, la Real Junta de Fomento inauguró solemnemente el primer ferrocarril de Cuba y sin perder tiempo, ese domingo a las 8 de la mañana, salió el primer tren cubriendo la distancia entre San Cristóbal de La Habana, pasando por San Felipe y destino final Santiago de Bejucal.Con la inauguración de esta línea, la Compañía de Caminos de Hierro de La Habana, puso en marcha el primer ferrocarril cubano, español, y latinoamericano.El primer viaje entre San Cristóbal de La Habana y Santiago de Bejucal se realizó durante una mañana de invierno y lluviosa. Sin embargo no fue un obstáculo para que un público muy entusiasta se situara alrededor de los 27.5 kilómetros del recorrido para ver el ''monstruo de hierro'' arrojando un espeso humo negro por la chimenea y dando vivas a la reina Isabel II.Según algunos historiadores el tren partió de la estación de Garcini, situada en la calle de Oquendo entre Estrella y Maloja, con varios vagones que acomodaron a unos 70 pasajeros, donde se destacaban importantes personajes y autoridades de la colonia, y fue recibido, en Santiago de Bejucal, por el Alcalde Corregidor y otras personalidades de la ciudad. El precio de la primera clase fue de 20 reales, segunda, 10 reales y los de tercera, 5 reales. El viaje de regreso salió a las 2 de la tarde con igual número de pasajeros.Los coches fueron construidos en Inglaterra y eran de tres clases, según señalan los documentos de la época. Los vagones de primera clase tenían ventanillas corredizas, el techo cubierto de piel, molduras y manijas de bronce y el exterior era de madera de caoba. Los asientos eran cómodos y tenían cojines de tela. En cuanto a la segunda clase los coches eran parecidos y la diferencia con los de tercera clase consistía en que la madera usada en su construcción era de pino.De esta forma Cuba se convirtió en pionera del ferrocarril en Latinoamérica y en el séptimo país en el mundo en poseer este medio de transporte. El primer ferrocarril lo había logrado Inglaterra en 1825, seguido por Estados Unidos, Francia, Alemania, Bélgica y Rusia.

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